martes, noviembre 25, 2008

 

Aniversario

Qué como conocí a tu madre?

Aquella vez la noche andaba disfrazada, un antifaz escondía su misterio. Unos amigos celebraban y hablaban cosas que no comprendía del todo, hablaban de viajes a otros lugares, de pasados que tomaban como propios, ella y yo compartíamos habitación pero nuestras palabras poco se cruzaban, yo la miraba con atención e intentaba interpretar cada uno de sus expresivos gestos. Fue entonces cuando salio, quise acompañarla, pero no quise molestarla, un reencuentro con un ex compañero fue la excusa para iniciar el doloroso parto en el que todo el esfuerzo fue de ella pero en el que un dios divino quiso ponerme en el camino para ayudar sin saber como hacerlo.

Un primer mensaje me aviso, debería llamarla como pudiera, las palabras por fin dieron seguridad a aquello que creí cierto desde la primera vez que vi su rostro. Muchas piedritas se ubicaron como obstáculo, algunas sombras se interpusieron creyendo ocultar su luz, la dificultad generalmente anuncia grandeza, por fin, después de llegar a la casa de mis papás pude llamarla, todo era confirmación, quería unir su camino al mió, aun no sabia para que con claridad, aun no sabia si para solo cruzarnos y seguir por distintos rumbos, solo sentía que debía encontrarse conmigo, ya dios nos anunciaría mas tarde lo escrito.

Mi día empezó demasiado antes de lo normal, llegué hasta su puerta, me abrió en un estado natural, ya sin mascaras ni armaduras, me permitió entrar, el inicio del parto la había agotado, su cabeza punzaba algunos dolores, la cuide y la acaricie como aquel día que mis manos hablaron por primera vez con su rostro, la vi mas bella que nunca, aquella niña que renacería desde si aun no abría sus bellos ojos, sin embargo su silencio hablaba mucho mas, la ternura se paseaba por aquella sala, fue entonces cuando despertó y lanzo hacia mi la seguridad de su primer y último beso, el tiempo se detuvo, pedía ser fragmentado, al pasado que creía poder atarme se impuso la fantasía, un canto de ángeles que silencio mis posibles bromas.

Esas paredes fueron nuestras primeras cómplices y durante mucho tiempo escucharon nuestra unión, nuestras voces, nuestras manos, nuestros cuerpos, el llanto de nuestras almas, pues hoy hijo mío no creas que lloro por dolor, es que la alegría no encuentra mejor camino y es que entiende que antes que mío eres hijo de naturaleza, del amor, de la esperanza, pues sentimiento mas puro no te pudo haber engendrado, hoy agradezco a dios pues desde que tu madre esta a mi lado él no ha dejado de hablarme ni un solo día, aquella utopía por la que luche para entregarte a ti y al resto un mundo mejor, la vi realizable por primera vez en cada suspiro, en cada poro, en cada polen expedido de la esencia de aquella flor que gracias a dios aprendí a amar sin cortar...

Etiquetas: ,


Comments: Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?